Ante situaciones de violencia, todo niño, niña o adolescente necesita adultos que le guíen y protejan para comprender y afrontar lo que sucede. El presente Protocolo ofrece las herramientas necesarias para fomentar la convivencia y resolución pacífica de conflictos en el contexto escolar, apoyar el desarrollo infantil adecuado y fungir como personas adultas protectoras. Y de manera complementaria, resulta útil como guía para proteger los derechos de las y los docentes en el actuar cotidiano.